Podríamos enunciar, a modo de irrefutable axioma (valga el pleonasmo) que si una verdad y una cabeza chocan y suena a hueco la culpa, invariablemente, será de la cabeza. Y sin embargo eso no significa que no vivamos permanentemente ocupados en la discusión que el tambor nos impone ya que las verdades vacías son necesarias para que las cabezas huecas no queden en evidencia. Como hay más cabezas huecas que… [Leer más]